El número de demandas de disolución matrimonial iniciadas en los primeros meses de 2015 experimentó un incremento del 3,6 % respecto al mismo periodo del año anterior, según los datos recogidos, y hechos públicos ayer, por el Servicio de Estadística del Consejo General del Poder Judicial. Para EJCP, el dato es un síntoma evidente de la mejora de la economía que permite a cada cónyuge afrontar sus gastos de forma independiente y separarse.
Se percibe por tanto el efecto de más demandas por una mejor situación económica que permite afrontar los costes del proceso. Otro dato que conocemos tiene que ver con las demandas de mutuo acuerdo que crecen un 1,1 por cien y las contenciosas que crecen algo más sobre el 4,1 por cien. Las razones de este fenómeno, en nuestra opinión, habría que buscarlas en un incremento de la influencia de la denominada educación emocional, algo que inclina el conflicto hacia el acuerdo. En lugar de apostar por una lucha conflictiva que decide un tercero, juez, la ruptura pactada tiene un coste económico y emocional menor.
En cuanto al perfil de los abogados de familia, nos gustaría aportar las ideas de Purificación Pujol, autora del libro “Un divorcio elegante”, Ed Grijalbo, donde se dan pautas para lograr esa separación más pacífica. Pujol nos habla de un profesional con sentido común “de sentido práctico y que debe velar por el beneficio de toda su familia no solo de su cliente. Si en esa ruptura hay hijos por medio, el interés del menor debe estar por encima de todo”, advierte.
Abogado de familia, clave en el proceso
Los abogados de familia, además de la formación jurídica, deben tener un plus para consensuar acuerdos en determinados temas. Nunca deben ser parte del conflicto. El abogado de familia debe buscar acuerdos entre su cliente y la otra parte. No olvidemos que las partes tendrán que seguir relacionándose en el futuro, sobre todo si hay hijos por medios. Otro dato que nos ofrece el CGPJ en este informe tiene que ver con los procedimientos de modificación de medidas en separación o divorcio. En el primer trimestre de 2015 se iniciaron 2.483 procedimientos de modificación de medidas consensuadas, un 12,7 % más que en mismo periodo del año anterior; y 8.878 procedimientos de modificación de medidas no consensuadas, un 4,1 % más. Estas cifras indican que, aunque la economía mejore y propicie más rupturas también es cierto que las condiciones económicas ulteriores a la salida de la crisis han cambiado. La economía de las familias ha empeorado y ello influye en estos cambios que se piden al juzgado.
Habría que destacar que hay modificaciones que se piden por pérdida de poder adquisitivo y no se puede hacer frente a esas pensiones y al mismo tiempo también alguna de las partes reclama la custodia compartida. A este respecto los fallos del Tribunal Supremo están redefiniendo el mapa. Es lógico por tanto este incremento de modificaciones, muy superior al incremento de divorcios y separaciones. En este caso en EJCP tampoco aconsejamos ir a un proceso contencioso si tu oponente tiene menos ingresos que antes. Apostamos por modificaciones de mutuo acuerdo.
Custodia compartida
En cuanto a la custodia compartida y el uso creciente de esta figura, ahora el Tribunal Supremo se posiciona más, a falta que el legislador ultima una ley sobre este asunto. Cada vez más los jueces son más abiertos a la custodia compartida, donde padre y madre deben tener la misma relación con sus hijos. Salvo en el periodo de lactancia, a partir de dos años puede cuidar a ese menor cualquier de los cónyuges. Será el interés del menor es lo que contemplarán los jueces a la hora de conceder o no la custodia compartida. Sin embargo será el legislador quien finalmente ordene este conflicto creciente. Antes de que acabe la legislatura podría aprobarse una Ley Nacional que regule esta figura.
