El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha reconocido la incapacidad laboral permanente a Ricardo de Francisco, ingeniero de Telecomunicaciones y empleado de la compañía Ericsson, por el llamado Síndrome de Electrohiperensibilidad.

El Tribunal se basa en la Clasificación Internacional de Enfermedades aprobada por el Ministerio de Sanidad, que incluye un epígrafe de alergias no específicas, por lo que argumenta que no procede negar las consecuencias fisiológicas ni la capacidad invalidante de este síndrome. Para el abogado que llevó este caso, Jaume Cortés, esta sentencia supone un importante y significativo avance en la lucha contra la invisibilidad médica y administrativa de una patología que, según admite la Organización Mundial de la Salud, afecta a entre un 5% y un 10% de la población mundial.

Este trabajador llevaba dos años tratando de que el Instituto Nacional de la Seguridad Social le reconociera la incapacidad, cuestión que le había sido negada debido a la complejidad de probar la causa y sus efectos. Sin embargo, la causa ha quedado finalmente clarificada, ya que cada vez que Ricardo de Francisco hablaba por móvil o se exponía a espacios con alta carga electromagnética se le enrojecía el oído, tenía acúfenos o se le disparan cefaleas. Sufría problemas de sueño, su cerebro cada vez iba más lento y se volvió agresivo. Además, también experimentaba pérdidas de memoria.

De Francisco visitó numerosos  especialistas que, aunque descartaron que fuera un problema de salud mental, le prescribían una baja médica tras otra. Durante los periodos de ausencia laboral experimentaba una mejoría visible pero la situación empeoraba cuando retomaba su actividad profesional y se exponía al wifi del trabajo y a espacios con alta actividad eléctrica y electromagnética. El desenlace fatal no tardó en llegar ya que Ericsson acabó despidiéndole.

Este síndrome es propio del avance de las sociedades desarrolladas. También llamado el Síndrome del Microondas, afecta sobre todo a personas con el sistema inmunitario debilitado aunque cualquiera con buen estado de salud puede llegar a padecerla si su exposición a las radiaciones se hace intensa y prolongada.

Se trata de una enfermedad provocada por la permanencia en campos electromagnéticos y cursa con síntomas de insomnio, cansancio, irritabilidad, dolor de cabeza, acúfenos, etc. La persona afectada no aparenta tener problema alguno mientras no se exponga a los campos eléctricos pero los efectos aparecen y se intensifican al exponerse a aparatos eléctricos, transformadores, antenas de telefonía móvil y otras fuentes de radiaciones eléctricas.

El síndrome neurológico que padece este ingeniero ha empeorado y su hipersensibilidad le impide hasta usar el transporte público. Debido a la elevada presencia de espacios con ondas electromagnéticas existentes en Madrid, el enfermo se ha planteado mudarse a otra localidad,  pero incluso localidades pequeñas frecuentemente tienen cobertura wifi en sus calles.  Para sus comunicaciones sólo puede emplear un móvil GSM, que funciona a frecuencias inferiores a las de los smartphones. Además, cuando utiliza el móvil emplea unos auriculares de baja radiación por tubo de aire, sin conductores metálicos, que reducen la radiación electromagnética en la zona de la cabeza hasta en un 99% ya que aumentan la distancia entre el teléfono y la cabeza.

 

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