La Dirección de Política Regional y Urbana de la Comisión ha mostrado su interés por la figura del supervisor de los contratos públicos que la organización Transparencia Internacional recoge en los denominados Pactos de Integridad. La idea inicial, que precisa de un estudio detallado, pasa por introducir un mecanismo similar para los contratos que sobrepasen una determinada cuantía de euros. El objetivo no es otro que el de garantizar la independencia plena de quien realiza las labores de monitorización de la marcha del proyecto y el estricto cumplimiento de su presupuesto.
Tal y como explican desde Transparencia Internacional, el Pacto de Integridad es una iniciativa de gestión pública para mejorar la transparencia, la participación y prevención de la corrupción en la contratación pública. Es un mecanismo de rendición de cuentas en la contratación pública, con participación de la sociedad civil para la supervisión y control de la integridad y la posterior ejecución del contrato público.
Se trata de un documento que establece los compromisos que adquieren la administración y las empresas licitadoras para mantener una conducta íntegra y lo más transparente posible sobre el proceso de contratación en el que participan.
En él se involucra a un observador independiente, por lo general uno o varios expertos, cuyo rol es supervisar el concurso, la adjudicación y la ejecución del contrato. Con ello se ofrece una garantía adicional a los controles de la administración y se mejora la rendición de cuentas pública.
De momento, los pactos de integridad son un proyecto piloto, pero, una vez obtenidos los resultados, la Comisión Europea (CE) estudiará cómo incorporarlos a la legislación de la UE. En los países con más experiencia en la implementación de los pactos de integridad, los resultados son muy positivos. Según datos ofrecidos por Transparencia Internacional, en Hungría el ahorro medio obtenido en los procesos de licitación en los que se han aplicado es del 30%.
