En enero de 2018 entrará en vigor una normativa MIFID 2, que cambiará las relaciones que hasta ahora mantenían clientes con fondos de inversión en cartera con sus asesores. La normativa europea MIFID 2 obligará a las entidades a adaptar sus sistemas a las nuevas normas que benefician al inversionista -como la mejora de la calidad de los servicios de asesoramiento como de venta directa de productos – como para los inversores, que conocerán en todo momento cuánto pagan y a quién cuando compran uno u otro fondo de inversión.
Concretamente, la directiva MIFID 2 establece una separación entre el vendedor y el asesor, y, además, exigirá una formación mínima para ambos. El gran cambio será para los inversores, que conocerán explícitamente cuánto están pagando y a quién cuando compran uno u otro fondo de inversión. Además, también se sabrá cuánto de la comisión irá para el gestor y cuánto para el distribuidor, y no solo en lo relativo al porcentaje, sino en dinero
La nueva normativa tiene un imparto indudable en las empresas gestoras de fondos de inversión, puesto que todas estas novedades repercutirán tanto en sus costes como en los ingreso.
Es probable que los costes operativos aumenten debido a que conllevan nuevos desarrollos tecnológicos e informáticos. Además, la transparencia a la que obliga el nuevo texto legal de Bruselas supone que el gestor debe explicar con más detalle al inversor qué comisiones está pagando, lo que sin duda alguna traerá una mayor competencia en precios.
El anteproyecto de ley que va a trasponer la directiva MIFID 2 está en fase de consulta pública. El aspecto que más preocupa a las gestoras es la definición de los distintos supuestos bajo los cuales una firma encargada de vender fondos puede cobrar una comisión por la venta, cuestión de por ahora no se recoge en el borrador.