La nueva ley de Patentes que ha entrado en vigor en España endurece las condiciones para obtener una patente pero dota de mayor valor al producto patentado, entre ellas destaca el fin del procedimiento de concesión de patentes nacionales sin examen previo.
De esta manera, y como ocurre con las patentes europeas, se instaura un procedimiento único de concesión de patentes. En adelante, las solicitudes de patentes nacionales se concederán solamente tras el examen de la novedad y la actividad de la invención, dando más valor a la propiedad intelectual e industrial de las empresas españolas.
Hasta la fecha, convivían dos procedimientos de concesión de patentes nacionales: el procedimiento general de concesión y el procedimiento de concesión con examen previo. El 90% de los solicitantes de una patente optaban por el procedimiento general ya que el procedimiento con examen previo incrementaba los riesgos de que la solicitud terminase siendo denegada por no reunir los requisitos de patentabilidad mientras que en el procedimiento general la patente se concedía “con independencia del contenido del informe sobre el estado de la técnica”.
El fin del procedimiento de concesión de patentes sin examen previo nos aproxima al sistema europeo. En adelante, las patentes que se concedan en nuestro país serán patentes más sólidas, dificultando y limitando los debates sobre su validez.
Otra novedad es que se recoge una reducción del 50% en las tasas para las pymes y los emprendedores y que se introduce la obligatoriedad de haber obtenido o solicitado antes un informe sobre el estado de la técnica del modelo que quiere patentarse para emprender acciones judiciales con la finalidad de defender el ámbito de protección de un modelo de utilidad.
El año pasado se solicitaron en España 2.837 patentes (un 1,5% menos que el año anterior) y 2.427 modelos de utilidad, con un incremento del 4% respecto al 2015.
