Las nuevas tecnologías han propiciado que tanto empresas privadas como autoridades públicas utilicen datos personales en una escala sin precedentes a la hora de realizar sus actividades. Los envíos publicitarios de empresas a las que nunca hemos solicitado información pero que, sin embargo, tienen nuestros datos, están a la orden del día. Por no hablar de las llamadas de teléfono recibidas a cualquier hora del día de los más variados servicios de telefonía móvil o seguros.
La realidad es que la rápida evolución tecnológica, la globalización, el uso extenso de redes sociales, la proliferación de compras y consultas on line han planteado nuevos retos para la protección de los datos personales. Así, en toda la Unión Europea se ha incrementado el intercambio de estos datos entre operadores públicos y privados, incluidas las personas físicas, las asociaciones y las empresas. La magnitud de la recogida y del intercambio de datos personales es tan grande que la Unión Europea ha tenido que diseñar un nuevo marco regulatorio que entra en vigor el próximo 24 de mayo.
El objetivo es garantizar un nivel uniforme y elevado de protección de los datos personales de las personas físicas de manera equivalente en todos los estados miembros.
«Obtener el consentimiento o autorización para el uso de nuestros datos personales es la base sobre la que descansa el nuevo marco legal»
Por eso, en este escenario, obtener el consentimiento o autorización para el uso de nuestros datos personales, con sus modalidades y excepciones, es la base sobre la que descansa el nuevo marco legal.
Las empresas deben analizar cada uno de los canales de entrada de datos de sus clientes y estudiar la finalidad para la que fueron requeridos o para la que se emplean. Es importante recordar que los consentimientos tácitos, derivados generalmente de sus silencios, ya no sirven. El consentimiento deberá otorgarse a través de una acción afirmativa clara.
El consentimiento debe darse mediante un acto afirmativo claro que refleje una manifestación de voluntad libre, específica, informada e inequívoca del interesado de aceptar el tratamiento de datos de carácter personal que le conciernen, como una declaración por escrito, inclusive por medios electrónicos, o una declaración verbal.
Esto podría incluir marcar una casilla de un sitio web en internet pero nunca el silencio, las casillas ya marcadas o la inacción. Dado que la mayoría del consentimiento del interesado se ha de dar a raíz de una solicitud por medios electrónicos, las empresas deben tener este aspecto claro a la hora de diseñar la solicitud, que debe ser concisa y no perturbar innecesariamente el uso del servicio para el que se presta.
